¿Es posible curar la alopecia androgénica?
La alopecia androgénica (AGA) es una condición crónica y progresiva que afecta a hombres y mujeres, caracterizada por la miniaturización de los folículos pilosos del cuero cabelludo y una reducción gradual de la densidad capilar. La AGA tiene una fisiopatología compleja que involucra interacciones entre factores genéticos, hormonales y del microambiente folicular. En este artículo, se revisarán en detalle los mecanismos fisiopatológicos de la alopecia androgénica para abordar la posibilidad de una cura definitiva.
Influencia de los andrógenos en la alopecia androgénica
Los andrógenos, especialmente una hormona llamada dihidrotestosterona (DHT), juegan un papel clave en la alopecia androgénica (AGA). La DHT se produce a partir de la testosterona con la ayuda de una enzima llamada 5α-reductasa, que tiene dos tipos principales. Uno de estos tipos se encuentra en los folículos pilosos del cuero cabelludo y es el responsable de que la DHT actúe directamente sobre el cabello.
Cuando la DHT se une a ciertos receptores en los folículos pilosos, envía señales que acortan la fase de crecimiento del cabello (anágena) y prolongan la fase de reposo (telógena). Con el tiempo, esto hace que el cabello se vuelva más delgado y menos abundante.
Además, este proceso provoca que los folículos pilosos grandes y saludables se encojan y produzcan cabellos más finos y débiles, hasta que eventualmente dejan de crecer. Este fenómeno se conoce como miniaturización del folículo y es la razón principal por la que la AGA causa la pérdida progresiva de cabello.
Factores genéticos en la alopecia androgénica
La alopecia androgénica tiene una fuerte relación con la genética, lo que significa que puede heredarse de generación en generación. Sin embargo, no hay un solo «gen de la calvicie», sino que varios genes influyen en la probabilidad de desarrollarla.
Uno de los genes más estudiados es el gen AR, que está relacionado con la sensibilidad del cabello a la hormona DHT. Investigaciones han demostrado que ciertas variaciones en este gen están estrechamente ligadas a la calvicie en hombres.
Además, otros genes que regulan la producción de DHT y la forma en que el cuerpo responde a las hormonas también pueden jugar un papel importante. Por eso, la AGA no se debe a un solo factor genético, sino a la combinación de varios genes que aumentan o reducen la susceptibilidad a la pérdida de cabello.
Microambiente del folículo piloso en la alopecia androgénica
En la alopecia androgénica, los folículos pilosos no solo se encogen, sino que también se inflaman de manera crónica, lo que agrava la caída del cabello. Esta inflamación ocurre alrededor de los folículos debilitados y se debe a la presencia de ciertas moléculas en el cuero cabelludo que interfieren con su regeneración.
Entre estas moléculas se encuentran sustancias inflamatorias que contribuyen a que los folículos se vuelvan cada vez más pequeños y produzcan cabello más fino hasta dejar de crecer.
Con el tiempo, esta inflamación, junto con la fibrosis (endurecimiento del tejido), altera el ambiente natural del folículo, dificultando su recuperación y haciendo que la pérdida de cabello se vuelva permanente.
Además, las personas con AGA suelen tener un nivel más alto de estrés oxidativo, un tipo de daño celular que puede empeorar la inflamación y afectar las células responsables del crecimiento del cabello. Este daño puede deberse tanto a factores internos (como la acumulación de sustancias dañinas en el cuerpo) como externos (como la exposición al sol sin protección).
Entonces… ¿Es posible curar la alopecia androgénica?
La complejidad de los diferentes factores que pueden causar que una persona padezca de alopecia androgénica sugieren que una cura definitiva es difícil de alcanzar con los tratamientos actuales. Las terapias más utilizadas, como los inhibidores (finasteride y dutasteride) y los vasodilatadores tópicos (minoxidil), solo ralentizan la progresión de la pérdida del cabello y estimulan temporalmente los folículos que aún están en capacidad de generar cabello.
El desarrollo de tratamientos basados en el uso de células progenitoras y su microambiente, como es el de Regenera Activa, ofrece una oportunidad para abordar la AGA de manera más integral, al modular la inflamación, la creación de nuevos vasos sanguíneos y la mejora de las vías de señalización intracelular. Sin embargo, es importante señalar que la AGA es una condición crónica y multifactorial, y una cura completa que restablezca permanentemente la densidad capilar es aún un objetivo que requiere más investigación y desarrollo.